es
  • Русский
  • English
  • Nederlands
  • Slovenščina
  • Slovenčina
  • Српски
  • Norsk
  • 汉语
  • ภาษาไทย
  • 한국어
  • 日本語
  • Suomi
  • Dansk
  • ह िन ्द ी
  • Ελληνικά
  • Čeština
  • Magyar
  • Български
  • الع َر َب ِية.
  • Bahasa Melayu
  • Português
  • עברית
  • Polski
  • Română
  • Svenska
  • Bahasa Indonesia
  • Français
  • Deutsch
  • Español
  • Türkçe
  • Italiano
0%
Gracias

Me encontré con el momento íntimo de mi madrastra con un enorme consolador, observando su expresión facial extasiada. Sorprendida pero intrigada, me uní, acariciando su espalda, llevando a un clímax explosivo.

Lo que comenzó como un masaje rutinario con mi madrastra se convirtió en un encuentro sexual inesperado.Mientras la masajeaba de espalda, ella juguetona me pidió que usara un consolador para un placer adicional.Obligué, y a medida que lo introducía en ella, comenzó a gemir y retorcerse en éxtasis.No pude evitar ver cómo su rostro se retorcía de placer, sus ojos se abrieron a medias y se llenaron de deseo.La vista de sus grandes y redondos pechos que se agitaban con cada embestida era demasiado para resistir, y me sentí atraído por ellos, mi lengua explorando cada centímetro de su suave piel.La intensidad de nuestro encuentro era innegable, y mientras continuaba complaciéndola, podía sentir su clímax edificándose.Por último, llegó al pico, su cuerpo convulsionándose de placer mientras liberaba una carga cálida y cremosa.La vistade ella, gastada y satisfecha, era un espectáculo para contemplarla.

Loading comments